viernes, 18 de mayo de 2012

Postura Humana



El término Postura proviene del latín "positura": acción, figura, situación o modo en que está puesta una persona, animal o cosa.
La postura es la relación de las posiciones de todas las articulaciones del cuerpo y su correlación entre la situación de las extremidades con respecto al tronco y viceversa. O sea, es la posición del cuerpo con respecto al espacio que le rodea y como se relaciona el sujeto con ella y está influenciada por factores: culturales, hereditarios, profesionales, hábitos (pautas de comportamiento), modas, psicológicos, fuerza, flexibilidad, etc.
Según criterios mecánicos la postura ideal se define como la que utiliza la mínima tensión y rigidez, y permite la máxima eficacia. Y permite a la vez un gasto de energía mínimo. Es aquella que para permitir una función articular eficaz, necesita flexibilidad suficiente en las articulaciones de carga para que la alineación sea buena, está asociada a una buena coordinación, a los gestos elegantes y, a la sensación de bienestar.
La postura se determina y mantiene mediante la coordinación de los diferentes músculos que mueven los miembros, mediante la propiocepción o "sensibilidad cinestesica" y mediante el sentido del equilibrio.
La postura de cada individuo tiene características propias, y está determinada por factores diversos como el tono y el trofismo muscular, el estado de los ligamentos, los contornos óseos, etc. para mantener el cuerpo en posición erecta, se necesita un equilibrio muscular adecuado entre la musculatura anterior de nuestro cuerpo, la abdominal y la dorsal que recubre la columna. Una postura correcta implica mantener el cuerpo bien alineado en cualquiera de las posiciones que puede adoptar. Si las líneas de gravedad antero-posterior y lateral no pasan por los puntos correctos de nuestro cuerpo, es porque existe un desequilibrio en ambas partes del mismo, ocasionado a veces por la malas posturas, y que puede terminar por desencadenar determinadas deformidades patológicas como escoliosis, cifosis.

Así, podemos definir varios tipos de posturas:

POSTURA EXCELENTE: aquella en que la cabeza y los hombros están equilibrados con la pelvis, caderas y rodillas; con la cabeza alzada y el mentón recogido. El esternón es la parte del cuerpo que está más hacia delante, el abdomen está recogido y plano, y las curvas de la columna están dentro de los límites normales. 
POSTURA BUENA: Se parece a la anterior pero no llega a ser perfecta.
POSTURA POBRE: Es una postura intermedia, aunque no es la peor.
POSTURA MALA: En la visión del perfil, la cabeza está hacia delante, el tórax deprimido, el abdomen en relajación completa, las curvas dorsales son exageradas, y los hombros están sostenidos por detrás de la cadera. 
Los problemas de la espalda se producen generalmente a causa de nuestras costumbres, por lo que si no modificamos aquellas que son erróneas, podemos dañar seriamente nuestra columna vertebral. Hay que corregir los malos hábitos desde la infancia, adoptando las posturas y movimientos adecuados en nuestras actividades diarias, hasta que resulten espontáneos y naturales.

La postura humana se organiza verticalmente respecto al apoyo de los pies. El esqueleto esta organizado en esta postura vertical para mantener el equilibrio sobre una base de apoyo tan reducida y poder moverse, y es difícil equilibrar estos dos aspectos.

Para este fin, el esqueleto humano esta organizado en forma de onda desde la cabeza hasta los pies alternando curvas adelante y atrás porque la rectitud absoluta no hace posible el movimiento.

En este sentido, el esqueleto humano presenta dos tipos de curvas para garantizar la movilidad y el equilibrio: la cifosis y la lordosis.

La cifosis que es el abombamiento que mostramos hacia atrás. Este tipo de curva es rígida y no está diseñada para el movimiento. Su función principal es la de contener a órganos vitales y protegerlos del exterior, por eso delante de cada cifosis existe una estructura dura.
En la columna vertebral se distinguen dos cifosis, una en la zona dorsal que se coincide con la caja torácica, la cual protege al corazón y los pulmones para que puedan mantener su espacio vital sin riesgo de compresión o agresión, porque podría ser mortal para nosotros.

La otra cifosis la tenemos a la altura del trasero y se debe a la presencia de la pelvis, que son el hueso que sirve de base para nuestras vísceras.
El cráneo también se puede considerar como otra cifosis, ya que es una curva que se abomba hacia atrás, y está formada por un hueso rígido (el cráneo) que contiene a otra estructura vital (el cerebro).

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